Partiendo de este principio consideramos que nuestro espacio público ideal debe reunir en su interior actividades comerciales tipicas de la ciudad.
De esta manera conseguimos crear un punto de referencia en donde el individuo se sienta atraído y de cierta forma identificado con el lugar, donde puedan interactuar con propios y extraños.
En el siguiente modelo representamos la interacción de los espacios públicos cerrados con los espacios públicos abiertos mediante cubos sólidos y espacios vacios los mismos que lo forman la posición estratégica de los sólidos de tal forma que se crea un todo en cuyo interior se encuentra un cubo que refleja a todos estos espacios representando el corazón del volumen abstracto que en este caso sería la identidad.
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